A mí no me gustan los refrescos, pero fue ver este súper botellín de Coca-Cola light y enamorarme. Me lo tuve que comprar.
Fue en Berlín, hace ya 2 años, en las galerías KaDeWe (no, no me ha dado un choni-aire y ahora escribo en MaYúScULaS y minúsculas a la vez, es que se escribe así, ¿no veis que en Alemania están más avanzados?).
KaDeWe viene a ser unas Lafayette o un Harrods… o bueno, vale, nuestro El Corte Inglés patrio. Se puede encontrar casi de todo y paseando por la zona gourmet me tropecé con el stand de estos botellines, literalmente. Los habían sacado antes allí, por eso de ser Karl Lagerfeld, alemán, el del diseño. Y claro…
En fin… ¿Eh? ¿Qué?, que me lo beba ahora? ¡Qué listos! ¿Qué pensáis, que después de este shake it, shake it me lo voy a beber? ¿Pues no hemos quedado que no me gustan los refrescos?
A lo que iba que me disperso: quería enseñaros estas súper uñas, que no me las hice en Berlín, sino aquí, en Barcelona y el efecto me encantó. Sencillo pero con carácter.
El color es CND Shellac Black Pool y al limar la última capa de color de Shellac, se puede jugar con el brillo final haciendo cualquier diseño: rayas, puntos, «francesa», etc.
Un día se lo diré a Karl, a ver si se anima y se las pinta él así.