Hoy os vengo a contar dónde me compré mis nuevas gafas la semana pasada…
La historia empieza cuando después de 14 años de llevar las mismas gafas, me da por renovarme (o mejor, aumentar la familia gafil) para poder tener un par de gafas diferentes. Soy hipermétrope y llevo lentes desde los 9 años… (porque apoyaba la cabeza en el brazo izquierdo al escribir dejando el ojo a oscuras entre el pliego del codo…
Pregunté en Twitter por lugares en Barcelona donde encontrar gafas estilo rockabilly como éstas ya que quería tener unas divertidas y diferentes… y muchos de vosotros me «mandasteis» a la calle Tallers y a la calle Ramelleres con Elisabets.
Di (acompañada por Jordi y Willy) con la tienda de gafas de Mª Assumpta, un lugar de cuento donde todo está ordenado pero con la extraña sensación de descontrol y patasarribismo. Y ninguna mejor descripción del lugar que la imagen que transmite porque Mª Assumpta tiene una marca de gafas diseñadas por ella llamada Dula… y «a la dula«, en catalán, significa ir sin control o vigilacia de nadie. ¿Propio, eh?
Echadle un ojo a la tienda:
Cuando entramos a la tienda y estuvimos unos 2-3 minutos mirando gafas, gafas y gafas y recogiendo rápidamente información de tamaños, colores y formas, intervino ella con una frase muy directa: «Què vols?«. «No sé, ulleres d’estil rockabilly, així allargades de la punta…«. Como yo no sabía si podía ponerle cristales de verdad, de ver, me explicó ella que sí y lo que costaría. Me sacó 2 modelos: el que acabé comprándome y uno un poco más exagerado en negro, que también me gustó mucho. «Esta mujer tiene ojo, realmente» – pensé.
El modelo de la izquierda fue el elegido finalmente y lo dejé en la tienda para que me pusieran los cristales graduados. Si las gafas son ya de por sí curiosas, lo más gracioso de todo es que el nombre de cada modelo de montura es un «pronom feble«. En la lengua catalana son partículas que acompañan y complementan al verbo, son monosílabas y se escriben con guiones y/o apóstrofes formando extrañas combinaciones… Es genial porque tanto para propios como para extraños, el aprendizaje de los «pronoms febles» es bastante difícil y todo el mundo los tiene presentes porque se reconoce su complejidad… Mis gafas se llaman «ET» (te, en castellano).
Volví a recogerlas el jueves por la mañana y… aquí está el resultado:
me encantan porque son muy divertidas!
Aprovechando que estaba allí, hice las fotos que habéis visto en el post y estuve hablando con ella un buen rato. Me contó que lleva 18 años en la tienda actual pero que antes había estado en un lugar, ya desaparecido, llamado Avinguda de la Llum, la primera galería subterránea de Barcelona (y Europa), al lado de los accesos de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya bajo la calle Pelayo. Así, sin ver la luz del día, desarrolló la capacidad de saber qué tiempo hacía fuera por cómo iba vestida la gente y cuánto goteaban los paraguas… Cuando el organismo pertinente los echó de allí (tal cuál) estuvieron 3 años de pleitos, en el aire, sin saber si recibirían indemnización por locales de los que no eran propietarios, ni tenían derechos adquiridos… Así que tuvo que irse a otro lugar (finalmente no recibieron nada).
La nueva tienda se la compró a un zapatero muy mayor al que iba desde siempre y que «zapato que caía en sus manos, zapato que no se deformaba y aguantaba lo que hiciera falta». Este señor, ya muy mayor hace 20 años, esperó todo lo que pudo en vender el local, para que fuera ella quien se lo quedara… ¡Y así empezó Mª Assumpta en la calle Ramelleres!
¡¿No os parece increíble la historia?!
Aquí os dejo algunas gafas de su marca Dula:
Ya sabéis, si buscáis algo divertido e irreverente, no dejéis de pasar por Dula, tiene gafas de todo tipo, de ver, de sol, pero sobre todo hechas con amor y ¡originales!