Hoy, 19 de octubre, Día Contra el Cáncer de Mama, quiero volverme a unir a la causa, como ya hiciera el año pasado con este post sobre cómo autoexaminarse {por cierto, podéis compartirlo porque es bastante ilustrativo}.
Igual que aprender a conocer nuestro cuerpo, como decía en el post del 2012, es muy importante concienciar a la gente de nuestro alrededor para que hablar del cáncer deje de ser algo misterioso o algo lejano.
Por una parte, hay que entender que no hay nada de vergonzoso en examinarse, más bien es algo heroico si se piensa que se puede salvar una vida. Ser precavidos es nuestra mejor herramienta porque todos somos vulnerables. Por otra parte, estar informado y hablarlo hace que nuestros pequeños puedan tener confianza si más tarde les toca enfrentarse a algo así. Bueno y también los mayores, ¿no creéis?
Conocemos a un montón de luchadores, los admiramos porque son nuestros héroes y nuestras heroínas… pero no todos son personas inventadas o aparecen en cómics. Algunas están en su casa y han de ir mucho a una clínica, otras van al trabajo cada día hasta que pueden, incluso también cuidan de su familia, pero son mucho más fuertes que todos esos héroes que vemos por televisión. Y no las conocemos.
Lo único que estas luchadoras necesitan para seguir luchando es nuestro cariño y apoyo, y científicos, médicos e instituciones públicas para poderse tratar.
Así, alguna vez en el futuro, podremos escribir una historia de súper héroes así: «Hace mucho tiempo había unas luchadoras cuyo símbolo era el lazo rosa, las más fuertes de todas… No las conoces porque ya no existen de ese tipo, entre todos conseguimos eliminar al malo malísimo al que se enfrentaban…». #MolaríaMil