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Lloret de Mar

Lo primero que viene a la cabeza al pensar en este lugar es «typical Spanish«… bueno, al menos es lo que a mí me vino cuando mis padres me dijeron que nos íbamos a este pueblo de costa un fin de semana para «desconectar».

¿Sabéis estas frases típicas que aparecen en las camisetas y demás que venden en las tiendas de costa? Debería haber empezado el post con algo así como «alguien que me quiere mucho ha ido a Lloret de Mar y me ha traído esta postal«.

Sí, es cierto que se asocia con la idea de pueblo vacacional para foráneos que no han visto la playa en todo el año, guiris norteños y adolescentes de desfase mucho… pero he de confesar que me sorprendió gratamente por otras cosas:

Sus calas, sus calles con tonos naranjas, el azul del mar, los rincones sin gente, su cementerio modernista, las vistas de la playa, los turistas extranjeros que repiten año tras año y las adolescentes con estilo que recuerdan sus vacaciones aquí como las mejores de su vida.

También los sombreros de paja, los matrimonios ricos en sus veleros, el cine de verano, los niños en patinete, los bares españoles con comida verdaderamente española y no habas rojas con beicon, el desayuno del hostal donde dormíamos, los nombres de los hoteles (Magnolia, Athene Neos, Copacabana, Acapulco, Grand Flamingo…), los japoneses lloretencs que bailan sardana, sus aguas transparentes donde se pueden ver pulpos y los señores que regentan hostales familiares y que parecen tus tíos.

Os recomiendo ir un fin de semana, un par de días, una escapada, nada largo… pero sí lo suficiente como para bañaros en el mar, relajaros y dejaros llevar por lo típico de nuestro país, que a veces apetece darle la vuelta y verlo desde otro punto de vista.

¿Tenéis vosotros algún rincón cercano para escapar en fin de semana?
Venga, ¡a ver si pudiera ir a los vuestros!