El viernes casi a las 12 de la noche recibí un correo. Lo leí medio entre sueños y me acosté con una sonrisa. A la mañana siguiente lo volví a leer con calma y me paré a pensar sobre la remitente del mismo. Fue un correo que me hizo meditar bastante y que me alegró mucho recibir. No sé si decir que, además, me entró una mezcla entre nostalgia y sensación de cercanía.
El correo era de esta entrañable mujer:
Habrá alguno de vosotros que sepa quién es, pero igualmente os diré de quién se trata. No es mi abuela y ni siquiera es alguien de mi familia… Ella es Berta Briales, una señora a la que muchos conocemos como «la abuela bloguera». Es valenciana, muy cariñosa y es conocida por, a su edad, tener un blog y asistir a diferentes eventos relacionados con las redes sociales.
Ella, con esa humildad que caracteriza a las buenas personas, quería agradecerme un pequeño comentario que realicé en la foto de Victoriano que acompaña este post. Y, como si de una abuela se tratara, se preocupó por mi caída por las escaleras… Como sé que me estarás leyendo, te mando un beso enorme y un gran abrazo Berta.
¡Ah! Y este post también es para vosotras.