El viernes casi a las 12 de la noche recibí un correo. Lo leí medio entre sueños y me acosté con una sonrisa. A la mañana siguiente lo volví a leer con calma y me paré a pensar sobre la remitente del mismo. Fue un correo que me hizo meditar bastante y que me alegró mucho recibir. No sé si decir que, además, me entró una mezcla entre nostalgia y sensación de cercanía.
El correo era de esta entrañable mujer:
Habrá alguno de vosotros que sepa quién es, pero igualmente os diré de quién se trata. No es mi abuela y ni siquiera es alguien de mi familia… Ella es Berta Briales, una señora a la que muchos conocemos como «la abuela bloguera». Es valenciana, muy cariñosa y es conocida por, a su edad, tener un blog y asistir a diferentes eventos relacionados con las redes sociales.
Ella, con esa humildad que caracteriza a las buenas personas, quería agradecerme un pequeño comentario que realicé en la foto de Victoriano que acompaña este post. Y, como si de una abuela se tratara, se preocupó por mi caída por las escaleras… Como sé que me estarás leyendo, te mando un beso enorme y un gran abrazo Berta. Pensé que hacía mucho tiempo que no hablaba con mis abuelas "reales" y las llamé el domingo para saber de primera mano como estaban. Me di cuenta de cómo un sencillo mail puede moverte a hacer algo, pero sobre todo de que todas las mujeres de mi vida tienen ese mismo espíritu aventurero que Berta desprende. Me sentí tremendamente afortunada. Creo que, por la situación que nos ha tocado vivir, las mujeres somos especialmente luchadoras, pero además es que las que forman parte de mi vida son fuertes y me han enseñado tantas cosas... Sé que dedicarles un post el Día Internacional de la Mujer no es mucho… porque es gracias a mujeres como ellas que poco a poco dejaremos de celebrarlo y por eso se merecen algo más que esto… Pero aquí estoy, demostrándoos que las mujeres que me rodean son increíbles y que lo son a cualquier edad.
¡Ah! Y este post también es para vosotras.
Cristina Galiano ,
Pues sí señor, un post muy bonito y humano que nos reconforta el alma. Berta es así…inconmensurable.
Un abrazo muy cariñoso. Cristina.
la cuestión es no dejar de luchar nunca…
por nosotras!
<3