Agradecimiento. Eso es lo que creo que define mejor lo que siento.
Aviso a navegantes: es un post bastante largo.
No sé si sabréis, pero os lo cuento, que hace muchos años que «sigo» a Iker Jiménez y a su gran equipo en la radio (posteriormente en la televisión), escuchando su programa Milenio 3 en la Cadena Ser. Casi unos 8 años. Sí. Aunque al principio no era acérrima en absoluto, poco a poco me ha ido enganchando y ahora no me pierdo ni un solo programa (gracias también al podcast).
Para esta nueva temporada, la octava, se cambiaron las fechas de emisión y pasó a ser un día y más tarde: los «sábados» de 1 a 4 de la madrugada (es decir, sábado por la noche, la madrugada del domingo). Quería explicar esto porque el pasado 26 de octubre realizaron la primera salida de la temporada fuera de los estudios de Gran Vía en Madrid, para ir a Castellón a hacer el programa en directo. Allí estuvimos, cambiando las horas de sueño para poder pasar la noche con ellos… Y fue muy emocionante.
Queríamos que nos firmaran algo, ya que pasábamos la velada allí, y como se nos olvidó coger un libro, metí en el bolso lo primero que vi que fuera «especial»… Nos marchamos para allá (no sin antes tener un sustín con el coche y unos motoristas tontos), hicimos cola, entramos, nos sentamos como pudimos entre casi 1.000 expectantes personas y atendimos.
Total, a mí me firmaron la agenda Moleskine (que siempre llevo encima) y recuerdo que Carmen Porter le dijo a Iker que era una libreta de esa marca y él (que las usa mucho también) se puso muy contento y me comentó que era un vicio.
A mí no me gusta saludar a gente «famosa» o conocida. Lo detesto. Poniéndome en su lugar pienso que debe ser engorroso que te paren y te pidan fotos y autógrafos. También creo que es más o menos su «faena» como personaje público. Pero no me gusta en absoluto ni siquiera saludar. Creo que ha sido la única vez que ver, saludar y pedir un autógrafo a alguien, me ha sentado estupendamente. Me reconfortó hablar con esa gente tan (re)conocida y ver su humildad.
Poco tiempo después se me ocurrió una idea: ir a Ikea, comprar la lámpara azul y mandársela a Iker y compañía. Estuve valorando todo, el desplazamiento, la fecha para poder ir, revisando en la web si quedaban lamparitas… Los Ikeas más cercanos están a 300 Km (Murcia y Zaragoza), es decir, un viaje de ida y vuelta en un día, haciendo 600 Km para comprar una lamparita. Desistí. Pero se me iluminó la bombilla (qué humor) y lo twitteé «Alguien va a ir a Ikea?»… A Roberto Pastor y Jessica Alberola, les debo ahora mismo la sonrisa que se me dibuja en la cara. Aprovechando que iban a por muebles (felicidades chicos por esa nueva aventura), me compraron la bolita de luz y me la mandaron. De nuevo mil gracias.
Y todo esto es por los saltos que dimos, las lagrimitas que me cayeron y lo feliz que fui escuchando el domingo a mediodía (por la madrugada me dormí), el último minuto del programa (que dedican a los oyentes) del 1 de febrero…
Milenio 3 – 1 de febrero de 2008
GRACIAS a Roberto y Jessica.
GRACIAS a Iker, Carmen, Santi, Juanje y al equipo por hacernos un poquito más felices.