Cuando era pequeña me regalaron «El nido de los sueños» de Rosa Montero (Ed. Siruela pero en la edición de 1991 no la de 2004):
Me encantaban las ilustraciones, un poco raras para una niña de 8 años. Pero, sobre todo, me sentí muy identificada con la historia porque yo hacía lo mismo: inventar mundos imaginarios donde estaban los «reales». Decir que la calle era un rio y pasarla «a nado».
Supongo que eso es lo normal en los niños… Es cierto, pero por aquél entonces me sentía un poco sola porque era hija única y porque mis amigos jugaban con cosas, es decir, necesitaban «algo» para poder jugar: una pelota, un tren, canicas… O incluso algo para poder transformar: un palo en caballo, unas ramas de palmeras en alas, etc. Recuerdo que los mayores decían que tenía mucha imaginación y luego, de mayor, entendí que era por lo que he explicado antes.
Al leer el libro, en el que la protagonista queda «encerrada» en el mundo que ella construye imaginariamente, me gustó el hecho que la niña (Gabi) usaba papelitos para «bautizar» las zonas (por ejemplo, escribía «Rio Tumakulak») y escondía los papeles plastificados con celo por grietas que encontraba cerca de la zona esa. Al final, iba yo por la vida con celo, papel y lápiz en el bolsillo, para hacer lo mismo…
Hace poquillo encontré algún que otro papel y me hizo mucha ilusión.
¡Jajajaja! ¡Qué graciosos los nombres!! Y lo mejor de todo: ¡¡me acordaba de cómo era el mundo que en su día imaginé!!
Todo esto me ha vuelto a venir a la cabeza cuando Natxo hoy me ha enseñado una noticia: un pescador se ha encontrado pegado a un pez, un mensaje de una niña que escribió hace 15 años (el papel era resistente al agua y estaba metido dentro de un globo).
ÉSTA es la original en japonés
ÉSTA es la traducida en inglés
ÉSTA es la de 20 minutos en castellano
¿No os parece fantástico?
¿No os haría gozo?
A mí es que todas esas cosas me hacen muca ilusión… ^______^
PD: gracias por el apoyo con el Teatro Romano de Sagunto, desgraciadamente es un tema político… Y los políticos locales son personas que raramente están preparados para entender qué puede ser lo mejor para un lugar…
Yo la verdad no tenia amigos imaginarios. Estaba todo el dia en la calle o en el colegio jugando con la pelota o rompiendo paleras, que no veas que rápido crecen…
Me parece una historia alucinante.
Es como encontrarse algo 25 años después de esconderlo. Como una conexión entre el pasado y el futuro con uno mismo.
^^ ¡Viva la magia!
Yo tampoco era de amigos imaginarios. Era más de hacer carreras con los coches de juguete… aunque hacía trampas y siempre ganaba el Seat Ibiza. xDDDDDDD
La historia del pez es impresionante… como lo tuyo, que sigues encontrando papelillos tuyos.
Saludines!
cute blog!
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