Una de las cosas que más me gusta hacer (y que echaba de menos porque aquí en la city no había tenido oportunidad) es caminar y caminar por la montaña.

Hace un par de meses, el 11 de septiembre que es fiesta en Catalunya, aprovechamos el día para subir a Montserrat. Montserrat es la 2ª cordillera costera más alta en Cataluña {tras la del Montseny} y es todo un símbolo para los catalanes.

Montserrat

La palabra montserrat significa monte serrado, haciendo referencia al aspecto y morfología del macizo, que parece una sierra de carpintero, así que es muy característica. Se pueden encontrar varios picos pero el más alto es el de Sant Jeroni ▲1.236m. {al que subimos -¡ahora os explico cómo!-}. Además, es relevante porque allí, en el Monasterio de Montserrat, es donde se encuentra la Virgen del mismo nombre, más conocida como «la moreneta» por el color de la talla de madera que, al ser del s. XII, está oscurecida por el paso del tiempo {¡que también vimos!}.

En Montserrat hay varias rutas fáciles y cortas que se pueden hacer en un par de horitas {también con niños, si os animáis}. El desnivel no es mucho y la más larga es la que hicimos.

Todas salen desde el Monasterio, donde hay aparcamiento para dejar el coche todo el día {podéis consultar cómo llegar y precios aquí}.

Como os decía, hay 5 itinerarios fáciles marcados:

1) Monasterio – Els Dagotalls – Monasterio
{50min ~ 3,20Km}
2) Monasterio – Santa Cova – Monasterio
{1h10min ~ 2,70Km}
3) Estación superior funicular de Sant Joan – Sant Jeroni – Pla dels Ocells – Monasterio
{2h50min ~ 7,50Km}
4) Estación superior funicular de Sant Joan – Camí de la Serra Llarga – Santa Cova – Monasterio
{1h30min ~ 5,20Km}
5) Estación superior Sant Joan – Camí de la Font Seca – Camí de les Bateries – Monasterio
{1h35min ~ 5,20Km}

La ruta hasta Sant Jeroni

La ruta que nosotros hicimos correspondería al «Itinerario 3», y va desde la Estación superior del funicular de Sant Joan, hasta Sant Jeroni y vuelve a bajar otra vez a la estación (que te baja hasta el Monasterio). El recorrido es de unos 7,50Km y 350m. de desnivel, es bastante fácil (solo se hace pesado un tramo final… ¡de escaleras! >:O ) y nosotros comimos nuestros bocadillos justo antes de llegar a la cima, en un ensanche bastante grande que hay.

Las vistas son ESPECTACULARES, ¡que para eso estás en una de las montañas más altas de Cataluña! Las nubes parece que se formen al tocar el monte, el cielo es muy azul y las montañas parecen hechas de arena de mar, redondas por arriba…

Empezamos cogiendo el Funicular verde que nos llevó a la Estación Superior de Sant Joan, llamado también Pla de les Taràntules, desde donde hay un acceso muy bien señalizado a la ruta (que se conoce como «Camí Nou»). Si se coge el funicular para salvar ese tramo, ¡hay que prestar atención al horario de la última bajada!

La senda está perfectamente marcada y es realmente interesante: las vistas son muy especiales y el paisaje cambia de un momento a otro, caminas entre grandes rocas que parecen gigantes y, de repente, te adentras en un bosque húmedo. Más o menos al principio del trayecto hay que evitar un pequeño sendero que baja a la derecha y podremos pararnos un momento en un mirador a mano izquierda, pero no tiene pérdida, así que solo hay que subir y subir y disfrutar de lo que vemos alrededor.

Tras ir cruzando un arroyo, en un momento llegamos a una ermita en el centro de un claro del bosque (la Ermita de Sant Jeroni). Nosotros aprovechamos ese espacio para comer tranquilamente, ya que desde ahí queda poco para llegar a la cima (y no queríamos tomar los bocadillos arriba).

El último tramo es, posiblemente, el más pesado: ¡es una subida de escalones empinados que te llevan hasta la cima!

¡Y por fin llegamos arriba del todo! Sant Jeroni ▲1.236m.

Las vistas son geniales y se pueden ver los valles de alrededor. También se pueden ver escaladores subiendo por las paredes de piedra de los picos cercanos… ¡una pasada!

Un mini-vídeo de las nubes en la cumbre y la maquinaria del Funicular que nos subió y bajó un pequeño tramo hasta el Monasterio:

La bajada se puede hacer por el mismo sendero de subida o, aprovechando, se puede descender por otro que llega al Monasterio, sin necesidad de coger el funicular.

El monasterio y «la moreneta»

Una vez abajo, ya en el Monasterio, entramos dentro de la Basílica e hicimos (suertudamente) unos 10 minutos de cola para poder subir tras el altar y ver la figura de la Virgen de Montserrat («la moreneta«) -normalmente es mucho más larga, tenedlo en cuenta-. Ah, y armáos de paciencia con los niños de los visitantes (bueno, con el desahogue de los visitantes que tienen niños, más bien >>:O ).

Lo que me llamó la atención es que la gente se fijaba mucho en la figura en sí pero nada en la capilla trasera (al bajar de la estancia, a mano derecha), que es una verdadera maravilla

Tras salir de la Basílica acompañados por las campanas que anunciaban misa, paseamos unos instantes por la plaza, entramos en la tienda a comprar pastitas y recogimos la bici que nuestro amigo Jose tenía en el hostal (él, mucho más valientemente, había subido en bicicleta desde Barcelona hasta el Monasterio ).

Pasamos un día genial y me fui súper contenta a casa por volver a poner los pies en una montaña y hacer una ruta.

La montaña y el Monasterio de Montserrat siempre han estado relacionados con sucesos bastante curiosos, como la vinculación con la masonería o la singular historia que lo relaciona con Goethe y Humboldt. He encontrado este enlace en el que se explica un poquito sobre ello. Y la verdad, no me extraña, porque solo ver la cordillera de lejos, ya tiene algo que te atrae, algo mágico…

Esta foto la tomé a la vuelta de la excursión… Menuda puesta de sol.