Podría ser un gran titular, ¿no? Un poco exacerbado… Tal vez… Sí, tenéis razón… pero en cada uno de nuestros micro-cosmos que todos los días nos toca vivir, ¿no son las pequeñas cosas las que nos hacen cambiar la vida?
Hoy, bueno, ayer lunes, en realidad, fue mi primer día de trabajo y, además, en Barcelona, y estas dos cosas que parecen simples son las que hacen que sea una vida totalmente nueva…
Por fin os lo digo: trabajo en Bloguzz, ese lugar que siempre os he comentado, y desde donde me enviaban productos de prueba de vez en cuando… ¿Os acordáis? Estoy muy contenta. Ya me encantaba el sitio, pero es que hoy he comprobado lo buena gente que son y lo adorable que es el lugar… Mirad, sino, el suelo:
¿No es mono?
Bueeeeno… El domingo cogí un Alaris a Barcelona… y aquí me hallo intentando encontrar el que será mi nuevo hogar durante, espero, una laaaaarga temporada. ¡Me encantaría poder encontrar ya ese pisito-estudio que busco! Siempre se dice eso de «dejo atrás muchas cosas»… pues no, lo que pasa es que tengo ante mí un cachito más de mi vida y es emocionante vivirla porque es ¡nueva!
Ese mismo domingo que Eduard me recogió en la estación de Sants, conocí a 4 chicos cuyo trabajo es sorprendente: maquilladores y creadores de efectos especiales para cine (me sé a más de uno que le gustaría, ¿eh?
En fin, el primer día ha sido completo, echo de menos muchas cosas… sobre todo a gente (papis y tete