Ayer mi padre me contó que en los campos de mi abuela se han recogido casi 5 toneladas de naranja, bueno, de clemenules, una variedad de clementina originaria de Nules. ¡Casi 5 toneladas! Unos 4.900 Kg. ¿No os parece increíble para no ser alguien que vive de eso?
Y ahora pensad en cuánto os cuesta 1 kilo de clementinas en el súper o el mercado… ¿Ya?
A continuación os voy a decir cuánto le han pagado por 5 toneladas: 450€. A eso hay que restarle lo que se le ha pagado a los recolectores y los regantes. Ahora volved a pensar en lo que pagáis por esa fruta.
Por suerte mi abuela no vive de eso, pero imaginad la gente que sí… Y mirad bien las naranjas o el resto de fruta, verduras u hortalizas que tenéis en casa, tal vez algún día desaparezcan porque los que se encargan de hacerlas crecer no quieran hacer ese esfuerzo más.
Hay una palabra para denominar lo que sucede, y esa es: latrocinio. Apuntadla, que os puede ser muy útil para cualquier situación y, como es tan bonita, seguro que se pone de moda.