Como buena admiradora del diseño y amante de la obviedad, esto ya lo sabía, pero siempre es interesante poder conocer a una persona que te explique el proceso creativo que lleva a cabo para poder conseguir sacar un diseño mejorado de algo existente
Anteayer tuve la oportunidad de asistir a unas jornadas sobre diseño, moda y arquitectura aquí en Barcelona: las Cube Visions. ¿Y por qué se llaman así? Porque hacen referencia al Nissan Cube, el coche que lleva desde 1998 rodando por Japón y que ahora han traído hacia occidente.
El día 9 se realizó un Cava&Twitts en el que se habló del Slow Design, que es el concepto que ha guiado siempre a John Anthony Sahs, diseñador de Nissan, para renovar el Cube.
Se trata más bien de una filosofía, algo así como un camino por el que ha centrado su pensamiento y su hacer en el diseño, en general, y durante el proceso de creación, en particular. Engloba cualquier manera de entender la vida enfocada a la tranquilidad, el saber hacer… Algo así como la capacidad que tiene un objeto para hacernos disfrutar de sus pequeños detalles y la capacidad que tiene el diseñador de crear para personas, pensando antes en cada aspecto de la experiencia de éstas con los objetos.
Josep Abril, modista, que también estaba en la mesa, nombró el wabi-sabi, otra corriente nipona de admiración a la calma, ésta más enfocada a la belleza de lo feo, lo usado, lo viejo…
Me gustó encontrarme en medio de esa conversación, con un tema del que ya había leído mucho antes
Más tarde, el diseñador se reunió con nosotros y le pudimos hacer varias preguntas en un lugar más distendido… Nos respondió muy amablemente a todas y me alegré cuando me contestó a «cómo se sentía cuando hablaban mal del coche» porque su enfoque fue muy positivo. Nos dijo que él valoraba mucho cualquier opinión y que, precisamente ese coche, que levanta tanta controversia, es un claro ejemplo de cómo hay cosas en él que pueden resultar muy interesantes pero tal vez no compartir la base estética. La variedad de opiniones y gustos, le hace aprender como diseñador y observar cómo se desarrolla el crecimiento del vehículo aquí.
Total, fue una tarde muy enriquecedora en la que además pude conocer a Iranzo, ¡al fin! ¡Qué bien!