Seguramente a más de uno os haya pasado como a mí, lo que vulgarmente conocemos como «subirse el gemelo». He tenido esguinces, contusiones, quemaduras, etc. Pero que se te «enganche» un tendón o un músculo (no lo sé bien) es doloroso. Te da un pinchazo y al instante lo tienes engarrotado, estirándose o contrayéndose en contra de tu voluntad…
A mí me suele pasar con el gemelo, como he dicho, y con la planta del pie… Y, la verdad, te retuerces de dolor cuando te sucede, ¿cierto?
Lo que nunca te esperas es que, bostezando, se te pueda «enganchar» algo.
Llevo desde la 1 am. sin poder abrir la boca, prácticamente sin poder hablar (hablo bajito y con la cabeza agachada para que no me duela), lo mismo con tragar… Pero también me duele si me impulso para levantarme, si giro el cuello, si miro para arriba…
Al principio me reía, porque pensaba: «¡Qué estupidez! Me pasa de todo.»
Después de 12 horas con la cabeza-boca dolorida y prácticamente inutilizada, ha dejado de hacerme gracia. Además, si me río me duele.
He descubierto que los músculos responsables son el digástrico y el milohioideo. Este último se encarga de elevar el hioides, que es un «hueso suelto a nivel de la base de la lengua que interviene en la masticación junto a los maxilares». Nº7.
Aquí los tenéis, para que os podáis hacer una idea de la posición de los músculos:
AQUÍ se ve mucho mejor.
Qué fastidio…
Espero que no os pase nunca por lo doloroso y molesto que puede llegar a ser…